
Pepe grillo era la conciencia que se le entregó a Pinocho, el niño de madera que quería ser niño de verdad. Pinocho hacía casi todo como los demás infantes del mundo. Él jugaba mucho y disfrutaba haciendo bromas, no paraba un instante y en su cabeza de madera habitaba una mente repleta de ideas, de pequeñas diabluras y saturada también de pilatunas. Además de todo eso, en su cabecita de infante repleta de aserrín cabía también el amor y la solidaridad por su padre y por sus amigos. Pero igual que todos y al carecer de ella -de conciencia- le fue entregado un grillo que se llamaba Pepe el cual se encargaría de cumplir con las funciones de las que carecía el cerebro o el corazón de Pinocho –el niñito de madera-.
Pepe entonces le decía, no te acerques al zorro Pinocho, pues desea hacerte daño... él poco o ningún caso hacía. Pepe grillo decía, no vayas por esa calle oscura Pinocho que puedes tener un accidente o ser víctima de alguien muy malo. Pinocho desoía esos consejos.
Las personas a veces no escuchamos nuestras propias conciencias, nada raro entonces tenía que Pinocho, con su cabeza de madera y llena de aserrín tampoco hiciera caso a la suya, a su grillo conciencia.
A veces yo me siento la conciencia de gente que conozco y amo e incluso de personas que se cruzan por mi camino un día y a las que no vuelvo a ver jamás... me gusta dar consejos. Las gentes algunas veces oyen los consejos y los analizan y los unen con sus propias ideas y reaccionan “a conciencia”. Es decir, piensan lo que mejor o más les conviene a ellos y a sus seres queridos.
Algunas cosas salen bien y otras no tanto, pero un consejo no se niega nunca. Se trata de hacer el bien y de ayudar al prójimo como desearías tu ser ayudado.
Alguien un día en un ataque de irá divina me llamó "zorra", la palabra dolió y aun retumba en mi oído. Luego de ver mí forma de ser; esa de ir por la vida; pensando pensamientos pensantes y analizando ideas, reacciones, facciones y repartiendo consejos a granel, yo me dije a mí misma.
“Mí misma”, me gusta ser y sentirme conciencia y ayudar a las gentes con mis ideas y mis historias de vida y con mis pensamientos pensantes y analizantes, Pepe grillo fue una buena conciencia, yo deseo entonces ser algo similar a él. Pero al ser "zorra" –palabra que aun retumba en mi oído- me debo yo llamar entonces, Patita zorra, conciencia por deseo, por acción y reacción.
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