martes, 13 de septiembre de 2011

Amor y poesía

En un país de la mancha de cuyo nombre me gustaría acordarme vivía un joven malvado de rancio y noble abolengo. Al tal caballero le cayó un día como del cielo un libro bellamente ilustrado, maravillosamente empastado y hermosamente elaborado y su curiosidad fue tal que decidió hojearlo-ojearlo- al empezar a leerlo se dio cuenta que era una obra de bella poesía y cuentos de amor. Temas que en su vida jamás habían sido tratados. La lectura del mismo lo absorbió de tal manera que apenas acabado de leer ese primer tomo, se apoderó del segundo y del tercero y más parecía que calmaba una sed enorme de saber, entender y conocer que de la acción misma de leer. Dicho caballero de ser el hombre desalmado que quemaba viviendas y destruía hogares, que asaltaba, asesinaba y violaba por placer se convirtió en juglar y cantante.

Hoy camina por los prados recogiendo margaritas y se le humedecen los ojos ante un bello atardecer, Llora ante el canto de las aves y sus polluelos, en las mañanas cierra los ojos y mira al cielo para recargarse de la buena energía que nos regala Dios. Ora con frecuencia y pide perdón por sus pecados y espera un día que una bella doncella llegue a brindarle el amor y la ternura que describen tan extraordinariamente sus libros.

Algunos piensan que enloqueció, otros que solo está esperando el momento y que planea una fechoría peor de las que ya tiene a su haber. Él sabe que su vida cambió y mientras continúa leyendo espera.

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