miércoles, 28 de septiembre de 2011

Urgente

Se me acaba de generar una duda. Podría considerarse una duda metódica. Digo yo, por el método concienzudo que me vi obligada a seguir para llegar a ella.

¿Cuando una llamada telefónica es de vida o muerte? Digo yo, que el concepto debe ser fríamente aclarado ya que para mí puede ser de vital importancia escuchar tu voz. Puedo sentir que muero si no te escucho, puedo incluso acudir al suicidio auditivo por no poder llamarte y peor aun si no respondes mi llamada.

Ahora bien, se me ocurre algo más. Quien debe ser el que llame únicamente cuando sea de vida o muerte. ¿Todos? Lo que pasa es que si nos vamos a remitir solo a esos momentos las llamadas no solo escasearan sino que muy seguramente dejaran de hacerse por limitación total o para mejor decir, por falta de motivos -gracias a Dios-. Mira tú, si mi vida está en riesgo muy seguramente no tendré tiempo de llamarte ni para despedirme y en realidad espero que la vida de mis hijos se acabe mucho después que la mía. De este modo, no habrá motivo para llamar y como no nos veremos con frecuencia por lo menos por un tiempo el corte en las relaciones puede ser fatal. ¿En ese caso eso también puede considerarse de vida o muerte?

¿Si te envío y lees este mensaje pelearías conmigo? ¿Y si eso me deprime entonces puedo pensar que estoy en peligro de pensar en el suicidio y por tanto mi vida correría peligro también y podría llamarte?

Lo que pasa es que me gusta todo ya, ahora mismo y le he pedido a Dios que me regale paciencia pero ya y él se hace el sordo. A lo mejor como no es de vida o muerte -eso de la paciencia- él se toma su tiempo. Pero para mí y mi estilo de ver, ser y pensar todo es urgente, vital. Y la verdad sentí que llamarte a la una de la tarde era menos intromisión que hacerlo dos o tres horas después cuando sí estarías casi con seguridad laborando para ganarte el sustento familiar y poder mantener mi tren de gastos.

Hoy pasé por un puente sobre el río Medellín y sobre el metro y no les preocupa que la gente se arroje al río. Si, que les ensucie las vías del tren, jajajajajajaja. Por mi lado pasó un reciclador o desechable y me asusté un poquito, me dio temor que se me acercara y me terminara yo misma tirando al río. Te imaginas la infección!!!!!!! jajajajajajaja.

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