Aquí algunas veces decimos "arriar la madre", cuando explota en nuestros labios una mala palabra. ”!Hijueputa!" Y es que arriar la madre a veces nos desahoga tanto o más que un llanto o un grito. Nos saca todo el mal momento desde adentro y nos deja respirar con mayor libertad. Por eso hoy "arrié la madre" con todos los dientes y los labios. La lengua lo disfrutó tanto o más que mi pensamiento y mis deseos y me sentí liberada, plena y feliz.
¿Y usted arrea la madre alguna vez?
Claro que si...es liberador!
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