Era un camino largo pero que no conducía a ninguna parte. A pesar de saberlo; ella lo tomó pues era lo que deseaba... caminar... caminar y seguir caminando. No importaba hacia donde, no importaba hacia qué o hacia quien. Lo que importaba era caminar... caminar y seguir caminando.
Finalmente así; como no la llevaba a ninguna parte tampoco la regresaría al inicio y eso también era algo que ella deseaba. Irse... alejarse... y no pensar nunca en volver.
Como dice la canción: “Volver, para qué". Volver significaría regresar al sufrimiento a una vida vacía y falta de casi todo o por lo menos de lo más importante: Del amor. Ya que ella lo había cifrado como "lo más importante en su vida" y ya que ella lo sentía así; vivir sin amor no valía la pena.
De algo estaba ella ya plenamente segura. Por más que lo intentara o intentase nunca lograría ser amada. Y es que darle tanta importancia al amor era una locura. Pero también era una locura la otra opción. Vivir siempre, por siempre y para siempre sin amor.
Y como el camino con el correr del tiempo la conduciría irremediablemente a la muerte pues era la mejor opción entre todas.
Pues morir es bueno cuando el amor es todo y no se tiene.
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