martes, 5 de julio de 2011

Recuerdos de un instante de pasión

Verla allí, prácticamente desnuda. Recostada al lado de la piscina tomando el sol para adquirir aquel bronceado que él decía despreciar. Le llenó todos los sentidos.

El traje de baño de dos piezas; desatada la parte alta para lograr un mejor bronceado sin marcas, sin manchas... casi impoluta. Y la segunda pieza atada sencillamente por un nudo que caería solo con halarlo.

Recordar aquel momento, el primero de algunos otros, aquel en el que ella mimosa se le acercó despacio; casi como una gata y tirando de su ropa levemente lo llevó hasta el baño de damas dando rienda suelta a la pasión contenida un tiempo pero desbocada en ese momento.

Recordar el calor de la piel oscura de sol y ardiente del mismo y también de pasión loca, desbocada. Pasión que obviamente hacía tiempo había dejado de sentir por la mujer con la cual día a día compartía la vida y noche a noche compartía el lecho. No era que hubiera dejado de desearla; por supuesto que no. Era que solamente no la deseaba así de esta forma tan particular y llena, locura y pasión; era sentirse vivo y pleno de nuevo, allí en ese baño y con esa mujer tan joven que casi habría podido ser su hija.

Se ahogaba en ese espacio tan reducido pero no sabía con seguridad si era por el espacio o porque sentía su corazón desbocado y a punto de salirse por la boca, de penetrar en la de ella igual que su pene turgente lo hacía ya en la vagina húmeda y caliente de ella.

Hacer el amor en un baño, con el peligro de ser descubierto era tan excitante. Lo había hecho ya en otras oportunidades pero no de esta forma, no con tanta excitación por el momento y por el peligro en sí.

No sabía si ese instante se repetiría en lo físico, tampoco si lo recordaría más y sería un recuerdo detenido en el tiempo que lo llevaría a tener erecciones iguales o similares.

Eso lo comprendió de nuevo al verla allí. Como en otro momento. Casi desnuda y decidida a entregarse a él con toda la pasión de la que era capaz.

Ahora claro las circunstancias no eran las mismas. Ella estaba allí semi-desnuda pero no para él plenamente. La vio llegar y saludar a su esposa como si nada pasara. La vio desprenderse la primera pieza de su traje de baño con sorna por la que sentada leía un libro que ya no pudo mas leer, la vio mirar al otro hombre ofreciéndole lo mismo que antes la había ofrecido a él y sus recuerdos regresaron.

Y la erección fue la misma pero ella ya no estaba para él, sino para el otro. Aun así la deseo y quiso hacerle el amor como aquel día.

Y por supuesto lo hizo. Pues su mente se lleno de ella, de su aroma, de su calor y de sus recuerdos. Aun cuando el amor se lo estuviera haciendo a su esposa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi tristeza

 Mi tristeza  Se dibujará sólo un instante en un brillo o en un oscurecimiento de mi mirada. De ahí en más. Si alguna vez acaso, se asoma po...