sábado, 30 de agosto de 2014

Receta para no morir de tristeza




¿Cómo sacarme este amargo de la boca?
Tomando un trago dulce de tus sonrisas, dulce amor mío...
La amargura del alma es una receta más, mucho más lenta y elaborada... Necesitas muchos suspiros, nacidos de mirarte dormir en la placidez de tu inocencia; 50 a 60 gotas de lágrimas frescas; una tonelada de perdón incondicional y cinco a seis granitos de nobleza. Todo eso se remoja en el mejor de los recuerdos, se remueve poco a poco unas varillas de paciencia aromática (unas cinco a seis veces al día, para evitar que se pegue al fondo o a las paredes del alma) y se serena bajo cuatro plenilunios, para que se evapore y sus fétidos residuos abandonen su morada. Luego del cuarto plenilunio, toma cuatro vasos de esperanza y tomar un baño de bondad en el sol de la ternura de tu mirada profunda, sanadora y comprensiva... ¿Comenzamos?
B. Osiris B.

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