En esta cabecita tengo recuerdos buenos, regulares y malos. Se puede decir que casi todas las personas que se han acercado a mi vida han dejado de los tres. Con algunas son más los buenos, con otras los malos. Pero huellas indelebles dejaron.
No tengo odios, pero si tengo algo así como resentimientos y cada vez
que uno de esos recuerdos dolorosos viene a visitarme tengo sentimientos de
rabia e impotencia.
Sé que imaginar que lo que pudo ser y no fue es tonto. Pero a
veces, cosas que se salían de tus manos e incluso de tu entendimiento te
hicieron daño. Un daño ¿eterno? Y
es ahí cuando imaginas cómo sería tu vida si las cosas hubieran sido distintas.
Y es que la mujer que soy hoy "funciona" con base en esas
historias. Yo no puedo decir; lo pasado; pasado y olvidado. Para mí el olvido ni
siquiera es una opción. Prefiero recordarlo todo, mantenerlo todo
presente y seguir viviendo el hoy, el ahora; tratando de enmendar cosas o situaciones que
yo misma no siempre causé.
Dicen que no se aprende en cabeza ajena. Pero sería muy tonto no
hacerlo; sobre todo con aquellas cosas que te lastimaron y aun hoy duelen, pues
hay heridas que nunca se cierran.
Y
me pregunto entonces. ¿Cuantos errores he cometido y aún estoy cometiendo
que en un futuro; cuando sean recordados también, lastimaran a otros?
Patricia Lara P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario