domingo, 10 de agosto de 2014

Mis dos gatos





Anoche el chiquitín se afanaba limpiando un espacio de mi cajonera.  Sacaba con premura medias, pantis, hilos e infinidad de cosas que guardo ahí en un desorden tal que brotan por los lados y no logro cerrarla plenamente.
Lo veía; escarbando con sus bellas paticas y en un estado de concentración y frenesí que no me atreví a decirle ni pio y lo deje hacer. 
Al cabo de unos minutos,  -pocos realmente- lo veo mullir algo que dejó abajo.  Seguramente a propósito y luego se acostó a dormir un sueñito de unos cinco minutos pues al ser un bebé, la noche lo llama a explorar, a cazar insectos o a imaginar experiencias únicas de vida.
Hoy están todas mis cosas  tiradas por el piso.  Así que pienso que es como la oportunidad de hacer una buena selección de cosas y tirar lo que no necesito, lo que no uso hace tiempo y dejarle su nido a mi precioso.  No por nada él mismo se afanó en confeccionarlo.
Me encanta verlos.  Cuando nos observan buscando algo.  Llegar a "ayudar", metiendo sus ñaticas por todas partes y reblujando con sus paticas.
Me gusta tenerlos en la casa, me gusta buscarlos por los rincones cuando hace rato no los veo; me encanta acercarme y besarlos y hablarles quedito mientras ronronean.
Amo ese par de alegrías peludas que Dios me regaló.
Patricia Lara P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristal rajado

  Cristal rajado  Una ventana grande, grande, vidrios empañados por la mugre de años. Grasa, sudor, agua, sal, polvo; todo tan empegotado qu...