Me preguntaba por qué las personas mayores en muchos casos son impacientes. Es decir, pierden la paciencia fácilmente y por eso mismo dicen los familiares más cercanos que se están “poniendo chochos”.
En realidad con los años me he dado cuenta que se pierde la paciencia
porque sencillamente somos conscientes que cada vez tenemos menos tiempo y
además también lo somos de todas las cosas que tenemos pendientes por hacer. Situaciones que hemos venido dilatando por
muchas y variadas causas.
Por eso mismo también, el apego a la vida, porque no queremos perdernos
nada y vemos como se nos acaba el tiempo y con él, las fuerzas.
Cómo los órganos empiezan a declinar, cómo nuestro cuerpo ya no da lo
mismo que antes daba; pero contrario a ello; nuestra mente vuela.
Debido a esto, empiezan los cuestionamientos, las amarguras en muchos
casos nos alcanzan y hasta nos rebasan o mejor sería decir nos rebosan, se
riegan y terminamos molestando por supuesto a aquellos que nos son más
cercanos.
Y siento ahora que por eso es
importante comunicarse. Claro que hay momentos en que la posibilidad se
cierra y no quedan más que los silencios y aun peor los reboses.
Patricia Lara P.
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