Bien cierto es que la vida a veces acaricia y que otras tantas golpea. Pero uno debe darse la oportunidad de verla desde más allá de la nariz propia. Nos gusta, nos encanta ser el ombligo del mundo. Pero para eso hay que tomar turnos, hacer fila. Es un puesto reñido pues todos lo desean y aun cuando se aferre a él no siempre logra mantenerse.
La vida no es en blanco y
negro. Tampoco es tonalidad de gris. La vida es color y dolor y
risa y llanto y estar y no estar o de estar y no encontrarse.
Patricia Lara P.
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