miércoles, 26 de octubre de 2011

Amor paternal

Él se las llevaba al río sabiendo que eran mozuelas y que no tenían marido. Excusaba su conducta diciendo que era su responsabilidad educarlas en las artes del amor y del sexo pues eran sus hijas y deseaba su felicidad. Y añadía que la felicidad de una buena mujer estaba en satisfacer plenamente los deseos de su hombre. La madre fingía no saber nada o a lo mejor no lo sabía realmente pues no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, aun cuando era un secreto contado a gritos en el pueblo y por las mismas niñas.

El padre, apenas cumplían doce años y las intuía mujercitas las llevaba a enseñarles el trabajo del cual dependía el sustento familiar. "Mazamorreo" O lo que es lo mismo minería en el río. Una bandeja de madera, redonda y liza en la que se introducía arena de río y la cual al ir haciendo girar dentro del agua dejaba ver en el fondo un polvo aun húmedo y dorado y casi invisible al ojo humano no adaptado a la rutina del trabajo aquel. Luego de una semana de tan laboriosa labor; ya había oro suficiente para comprar el mercado de la semana para la familia y también unos cuantos tragos de aguardiente para el hombre de la casa. Y por supuesto también para obsequiar a la hija de turno un par de zapatos o un vestido para alagarla y hacerla sentir importante.

Las niñas lo más pronto posible encontraban un hombre al cual hacer feliz y además con el cual escapar del amor y de las enseñanzas paternas. Y ahí era donde la siguiente hija empezaba ambos aprendizajes.

Fueron cuatro mujercitas entrenadas sabiamente por el padre y a lo mejor, muy seguramente, también alguna nieta o vecina que estuviera en condiciones y que tuviera el permiso familiar para aprender este arte u oficio. Bueno; eran más las cosas que se aprendían pero una de ellas era que el trabajo ennoblece y muy seguramente que el otro trabajo quizá era menos agotador y que también producía beneficios económicos.

(Las cosas que se piensan con los años y que en su momento no pensamos. Hoy por hoy creo que igual las preparaba también para ejercer la profesión más antigua de la humanidad)

Y pensar que aun hoy en día hay padres con mentes tan retorcidas como estos que a lo mejor por ser tan ignorantes se creían su propia historia.

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