jueves, 22 de mayo de 2014

Hmmmm





Siempre pensé que comerme una rana sería realmente asqueroso.  Me la imaginaba así como gelatinosa pero no tanto y con sabor a pantano.  ¡Uy! si hasta el olor me parecía inmundo.  Y no.
Estuvo rica mi rana... de chocolate.
Patricia Lara P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las margaritas de Octavio

Las margaritas de Octavio  Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...