
Mi apellido

Un libro viejo y manchado marcado con mi nombre

La vista desde el cuarto de doña Leo en la clínica

Mi hermoso Gustavo que me esperaba todo el día alegando y refunfuñando.
Las margaritas de Octavio Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...
No hay comentarios:
Publicar un comentario