jueves, 17 de julio de 2025

La curiosidad de Octavio

La curiosidad de Octavio 


Octavio el Octavo vivía apaciblemente con sus hermanos y padres. Era el menor de todos y por lo tanto el más mimado. Sus hermanos lo protegían como un tesoro ya que no deseaban que sus padres sufrieran. 
Un día Octavio se encontró enterrado entre las raices de un Olmo que amaba, un espejo sucio y deslucido. Lo tomó en sus manos y lo limpió lo mejor que pudo. No sabía qué hacer ya que al observarse en el veía a un Octavio unos años mayor. Se asustó mucho con eso y ocultó el espejo entre sus ropas. Lo llevó a su casa y en las noches lo miraba entre asombrado y agitado. Una noche entre tantas se sorprendió haciéndose una pregunta en voz alta, la cual fue respondida en el acto.
Octavio el Octavo le preguntó a Octavio el del espejo que era lo que deseaba. Así que éste procedió a contarle que existía adentro del volcán una calle que se llamaba ochenta y ocho, que era en ella todo perfecto y que lo estaban esperando ya.
Al principio no le creyó pero con el correr de los días la espina de la curiosidad lo picó y lo llevó hasta la librería en la que se encontraría el mapa.
¿Ya lo demás lo sabemos?

Patricia Lara Pachón 

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