Si las paredes
Si estas paredes pudieran hablar cuántas
cosas nos podrían contar. Pienso mientras ingreso en esa casa antigua y
hermosa. Cuántos seres humanos habitaron esos mismos
cuartos. Cuántas risas, cuántas sonrisas, cuántas alegrías y lágrimas y
llantos.
Y de pronto me doy vuelta y veo palabras dibujadas en ellas, en rápida sucesión contaban una y otra historia de cada una de las familias y personas que la habían habitado; a la par que describían los personajes.
Pensé entonces que me sería de más utilidad, no solo imaginar los personajes sino verlos. Apreciar las imágenes de cada uno de ellos, y entonces fotografías en rauda sucesión surgían de las paredes.
Mi asombro crecía cuando desee ver mejor las historias, como si cine fuese y las fotos entonces cobraron vida. Y vi también, ahora si con horror pleno, que las imágenes se salían de las paredes. Cientos de personas. Tristes, cadavéricas, horriblemente desfiguradas. Acercándose a mí, asiéndome por todas partes. Arrancándome la vida en un segundo.
Después... Nada... O mejor sí... Si hay algo más.
Hay una pared que me contiene y que espera... Que me obliga a esperar... A la próxima víctima.
Y de pronto me doy vuelta y veo palabras dibujadas en ellas, en rápida sucesión contaban una y otra historia de cada una de las familias y personas que la habían habitado; a la par que describían los personajes.
Pensé entonces que me sería de más utilidad, no solo imaginar los personajes sino verlos. Apreciar las imágenes de cada uno de ellos, y entonces fotografías en rauda sucesión surgían de las paredes.
Mi asombro crecía cuando desee ver mejor las historias, como si cine fuese y las fotos entonces cobraron vida. Y vi también, ahora si con horror pleno, que las imágenes se salían de las paredes. Cientos de personas. Tristes, cadavéricas, horriblemente desfiguradas. Acercándose a mí, asiéndome por todas partes. Arrancándome la vida en un segundo.
Después... Nada... O mejor sí... Si hay algo más.
Hay una pared que me contiene y que espera... Que me obliga a esperar... A la próxima víctima.
Patricia Lara P.
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