Volubles, volátiles, lisonjeras o armas puntiagudas que te causan
heridas imborrables.
Hoy, una palabra amable y una sonrisa alegró un día a alguien.
Hoy una palabra hiriente y una mala cara arruinaron un día que pintaba radiante.
Las palabras -todas las palabras- dejan huellas.
Procuremos dibujar sonrisas con ellas;
y no surcos imborrables en rostros curtidos por el viento, el sol, el
tiempo y por las palabras que se lanzan al viento sin pensar.
Pues, las palabras -todas las palabras- dejan huellas.
Patricia Lara P.
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