Uno empieza a recordar recuerdos
y deambula caminos a veces olvidados;
por gusto o por dolor,
pero olvidados.
Y se encuentra con gentes
de diferentes instantes de la vida
y siente entonces ganas
de dialogar un rato;
de tomarse un café muy conversado.
de tomarse un café muy conversado.
Y ve uno los ojos con los propios
y profundiza en ellos
y ve cosas que antes nunca vio, o percibió.
A veces al cabo de los años
por fin uno entiende, comprende los motivos,
otros indefinibles, inconclusos
jamás son comprendidos.
Por más que uno pregunte y repregunte
la imagen solo está en nuestra mente
y la respuesta es lo que uno entiende
no necesariamente lo que es o fue o será.
A veces los fantasmas de la vida
llegan a conversar y cuando parten
abren o curan las heridas viejas.
Patricia Lara P.
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