Dicen que cuando uno se va a morir o mejor, cuando se está muriendo; en esos mismos instantes; ve su vida al revés. Es decir, es como si caminara para atrás pero en cámara rápida.
Deseando revivir unos momentos. Se tomó el bebedizo que le habían
recomendado. ¡Feo! Inmundo sabor, pésimo olor; pero lograr hacer lo
que deseaba, bien valía la pena.
Esperó unos minutos en los cuales se fue adormeciendo. Y luego de
un instante o de una eternidad; nada. ¡N A D A!
Lo habían engañado. No recorrió su vida desde el final hasta el
principio. Había soñado con caminarla más despacio después de haberla
perdido para quedarse más tiempo entre sus brazos, besarla más despacio,
recorrer su piel calientica y suave, para llegar al momento en que la
conoció. Y detenerse allí para empezar de nuevo.
Pero
no, no lo esperaba nada. ¡N A D A!
Patricia Lara P.
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