Ella vende un corazón roto, pegado con cemento al principio, con hilos de colores otras veces y con cinta adhesiva ya al final. Destartalado, desvencijado pero aun latiendo. Vende un par de manos tiernas hace un tiempo y ahora ajadas, arrugadas y llenas de huellas; bellas unas muy feas otras. Ofrece un par de ojos cansados de mirar en lontananza. Una boca cerrada, una piel tibia y un regazo ya mustio.
Vende recuerdos. Descriptivos
retratos de momentos que si alguien amoroso los retomara un día; podría hacer con ellos o bien una hermosa
colcha o un lindo libro ilustrado.
Vende
o regala. Ella hoy está en promoción pues se siente cansada y quiere sentarse en esa silla; al frente de la casa, la que mira al camino,
aquella a la que el limonar le da la mejor sombra y la más linda y pura fragancia.
Solo
desea hoy sentarse a mirar el cielo y el suelo y no pensar en nada.
Patricia Lara P.
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