A veces la persona que se encuentra a tu lado es tu mismo reflejo.
No te escucha, pues al parecer tú mismo no te logras oír.
A veces crees que tienes una conversación con alguien pero resulta que
cada quien dice lo que pretende, escucha lo que quiere y entiende lo que desea;
así que no necesariamente tiene que ser la misma conversación.
Pero; solo tener alguien al lado y
ver sus ojos que te miran a ratos, ya es sinónimo de escucha. Lo cual no
siempre es cierto.
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