Reclinada en la hierba observa a la luna que en rápida sucesión precede al sol
o viceversa. ¿Cuántos amaneceres y atardeceres? ¿Cuántas lluvias
seguidas o precedidas de sol brillante y cálido? ¿Cuánto tornarse todo mustio y de nuevo reverdecer y
florecer incluso? De pronto siente que un joven muy apuesto la observa, se arrodilla a
su lado y la besa.
Ahora el mundo se detiene, va tan lento que los minutos parecen años y los
días siglos.
La Bella Durmiente como la llaman
ahora; vivirá por siempre feliz.
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