Primero fueron llamaradas rojas y luego amarillos indescriptibles.
Que hermosa mañana nos regaló Dios.
¡Cuanta belleza!
Que hermosa mañana nos regaló Dios.
¡Cuanta belleza!
Cristal rajado Una ventana grande, grande, vidrios empañados por la mugre de años. Grasa, sudor, agua, sal, polvo; todo tan empegotado qu...
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