En un principio, al empezar una amistad y luego una relación amorosa. La
comunicación era fluida, hablaban de todo y de nada pues se estaban
conociendo. Después con el paso de tiempo y el acercamiento de sus
corazones; casi no tenían ni qué hablar pues se entendían hasta con las
miradas. Y parecía que sus mentes se leían. Con el correr del
tiempo, casi ni se tenían que poner de acuerdo en nada. Eran uno solo y
solo uno. Pero la vida les fue pasando y la confianza se hizo tanta que olvidaron
mantener esa comunicación tan necesaria. Y ya, si ella le hablaba; él no
entendía nada. Era como si hubiera cada uno aprendido por su lado otro
lenguaje. (Pues ella lograba comunicarse bien con el resto del mundo y creía
que a él le pasaba lo mismo). Ahora,
cuando hablaban los dos, ella aun lo entendía bien; pero ella le tenía que
explicar incluso frases de dos palabras. Y claro; se fue hartando de eso.
Y el silencio pobló sus momentos juntos. Y de esa manera fue como ella se
convirtió en "la guardadora de silencios".
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