Fue como si un aguacero se desgajara
Las lágrimas fluían tanto
como las carcajadas
incontenibles estas y aquellas
no sabía si era felicidad
tristeza infinita
o locura instantánea.
Pensar en eso la hacía reír aún más
la gente la miraba
algunos reían con ella
otros lloraban haciéndole compañía
y unos más
en locos de atar se convertían.
No sabía ella
-lo intuyó siempre-
Pero lo supo en ese mismo instante a cabalidad
las lágrimas, la risa y la locura
eran terriblemente contagiosas
y lo peor;
peor.
Fue que cada quien tomada
lo que pensaba que era;
con el deseo
con la intuición
y no con la razón. Lloraban unos
reían otros
enloquecían los más.
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