Siempre pensé que debería hacerlo. Nunca había sacado el rato pero pensaba que era importante y que es necesario que donemos no solo sangre sino los órganos en el momento de desaparecer para que otros puedan seguir viviendo.
Al rededor de ello hay infinidad de creencias pero además el miedo a veces impide hacer algo por la humanidad.
No es doloroso para nada y la satisfacción de hacerlo es grande y dura.
Así que no lo pensemos tanto y salvemos una vida.
Patricia Lara P.
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