miércoles, 31 de diciembre de 2014

Y te amo (Redención)



Patricia, pensaba pensamientos y en el ínterin salió esto:

Y te amo (Redención)

A Greis, mi tesoro al final del arcoíris
De repente,
en mi soberbia,
te señalo
y con sal
magullo tus heridas.
Y, en tu humildad y pureza,
me recibes con una sonrisa
sin apenas reconocer
la mezquindad de mi miseria humana.
Y me abrazas.
Tus heridas sanan,
y yo muero, de a poco,
en la certeza de mi error.
En el mutismo de un perdón
que se pierde en el abismo de la vergüenza.
Y tu humanidad te eleva,
me trasciendes –y trasciendo-
salvándome de esta vida mía.
Y te amo, porque limpias mis heridas
sin sal…
… con la tibieza de tu abrazo.

B. Osiris B.

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