lunes, 1 de diciembre de 2014

¡Ah vida y si me muero ah vaina!




Por lo menos se despertó... eso ya es ganancia :)

Y se despertó bañada en llanto; lágrimas, mocos, suspiros, estornudos y pucheros.  Todo definiendo una gripa total.
¡Ah vida y si me muero ah vaina!  Se dijo.  E inició la jornada como casi todos los días.  La diferencia era la caja de pañuelitos siempre al lado.
Patricia Lara P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las margaritas de Octavio

Las margaritas de Octavio  Octavio amaba las margaritas, pétalos blancos con corazón dorado; repleto de dulce polen. Pero en la calle ochent...