jueves, 25 de agosto de 2011

Una receta

Yo no sé como cocinen cada uno de ustedes, yo preparo algunas veces cosas, o alimentos; movida por la intuición. Además me gusta cocinar y experimentar para no preparar siempre lo mismo ni servirlo igual. Una comida bien presentada en un plato bonito hace que uno se sienta bien tratado y muy seguramente también “bien” amado.

Hoy por ejemplo preparé unas costillas de cerdo (puerco) regadas con aceite de oliva, vinagre balsámico, un poco de pimienta y sal de ajo y puestas a dorar lentamente en una sartén.

Al preguntarme mi hijo que había preparado para el almuerzo y recibir mi respuesta me miró un tanto asombrado, así que le respondí que él sabía muy bien que yo cocino más desde los instintos que desde la propia receta.

Me gusta experimentar y claro; algunas cosas resultan bien, otras muy bien y unas cuantas un desastre total, pero… ¿dónde estaría el disfrute si no hiciera las pruebas y convirtiera las calamidades en experiencias para mejorar?

La vida misma es como la preparación de una buena comida; algunas cosas resultan bien, y otras mal, pero en conjunto es una gran experiencia que solo se vive, viviendo. Y para vivir no hay recetas mágicas ni maravillosas. Porque echando a perder también se aprende.

Debo de todas formas aclarar que en realidad hoy salió muy rico todo. Así que si tienen alguna receta de su propia autoría y desean compartirla conmigo no lo duden un instante. Igual creo que algo le pondría que se apegara a mi personalidad.

Ah, y si la receta es para vivir mejor, tampoco se la guarden, que la vida no es sencilla y si hay ayudas seguro será más sencillo y placentero nuestro transitar.

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