domingo, 21 de agosto de 2011

No imaginemos

Uno puede imaginarlo

y hasta entenderlo.

Pero jamás sabrá como es el calor del sol

si no lo siente en la cara al ponerla en frente de él

y de tener que cerrar los ojos ante su brillo.

Uno puede imaginarlo

Pero jamás logrará conocer el sabor del agua

sin beberla con sed.

Uno puede también imaginarlo

Pero nunca entenderá lo que es un abrazo

si alguien no te abraza con cariño infinito

y además con solidaridad.

Uno puede haberlo leído y creer que lo entiende

que incluso lo conoce y lo reconoce

pero nunca sabrá lo que es un beso

si no te besan y besas con amor y pasión

y cierras los ojos y te entregas al beso,

con la boca húmeda y llena de calideces.

Uno sí puede imaginarlo

y haberlo visto en otros

y hasta entenderlo y muy seguramente reconocerlo

Pero jamás sabrá lo que es amar

si no ama y logra además despertar el amor en el otro

y que se entregue a ti igual o más que tu.

Uno puede imaginarse la vida sin el otro

e incluso puede vivir sin el otro

Pero jamás se sentirá completo

después de haber conocido el amor

lo que es haber amanecido entre sus brazos

y haber recibido tantos besos de amor,

tantas caricias intimas

y de haberse entregado plenamente.

No se aprende en cabeza ajena

-dice el refrán-

Y por más que intentemos

para saber, entender, creer y conocer.

Hay que vivir y sentir el amor.

Porque uno puede imaginarse muchas cosas

Y entender después

Mucho o poco tiempo después

Que todo aquello que imaginó

apenas era un atisbo de la realidad.

Así que hay que dejar de imaginar y de soñar

El amor hay que vivirlo a plenitud

Pues al imaginarlo y soñarlo

Solo vivimos vidas de otros

Y sueños también de otros.

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