viernes, 26 de agosto de 2011

Hay momentos en la vida

Hay un momento en la vida

en el cual tomamos conciencia de ser

y es ese momento en el cual

se abren los ojos del alma

y capturamos las esencias de las otras almas

y por fin entendemos las acciones

y las actitudes cobran sentido.

Hay un momento en la vida

en el cual aprendemos a valorarnos

a querernos como somos

nos aceptamos como humanos

y aprendemos a vivir con nuestras

falencias y nuestras virtudes.

y entendemos que nos equivocamos aun sin desearlo.

y aceptamos nuestras faltas

y comprendemos nuestras ignorancias

sin justificarlas por supuesto

solo aceptando que el conocimiento es tal

que solo una maquina podría aprenderlo todo.

Ya que no tendría necesidad de sentir

y el proceso de aprender

no se vería limitado por el amor

y nosotros en cambio los valoramos

no sé si más o solo en su medida justa.

Hay un momento en la vida

en el cual vale más lo que pensemos

que lo que otros piensen de nosotros

vale más lo que sentimos

que lo que otros sientan por nosotros

vale más vivir aun cuando sea poco

que no haber vivido nada.

Hay momentos en la vida

en los que valoramos lo que tenemos

y les damos además la justa medida

y no menospreciamos a nadie ni a nada

pero mucho menos nos menospreciamos

a nosotros mismos.

Hay momentos en la vida

en los cuales nos damos cuenta

que la elegancia es intrínseca a nosotros

y que la moda no es vital para ser

elegantes ni felices

y la comodidad vale más que usar algo bello.

Hay momentos en la vida

y llegan con la edad, con los años

y con las canas y las arrugas que estos traen consigo

en que nos damos cuenta

que hemos desperdiciado mucho tiempo

que hemos dejado de abrazar y besar

por lamentarnos y mirar hacia lo que se ha ido

o lo que es peor nunca se ha tenido.

Hay momentos en la vida

en que por fin tomamos conciencia

y nos liberamos hasta de nosotros mismos.

Y por fin vivimos y somos felices

con la felicidad propia y con la de los que nos rodean.

Por eso. Hay momentos en la vida

a los cuales vale la pena llegar

aun cuando sea arrastrándonos.

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