Y sí. Uno se hace viejo todos los días. Al principio no se nota pues te haces niño, joven, adulto y adulto "mayor". Ahí uno da un suspiro audible y pum. Eres un viejo. En mi caso en particular pasé de "mamasita" a "madresita". Así de golpe, y sin pena ni gloria. Bueno... Uno le hace la lucha a las arrugas, a las canas, a la barriga incipiente primero y prominente después. Pero... ¿A esos dolores en los huesos, a la tensión alta, a los problemas de la tiroides qué? Jajajajaja. Nada qué hacer. Uno suspira y ya es un anciano que insiste en que se siente de cuarenta. He dicho. Tapo, remacho y no digo más, ya que mis pensamientos pensantes, esos que sirven para salvar al mundo, al parecer han envejecido también.
Yo.
Patricia Lara P
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