Fugaces
Vienen y van, a medias o muy complejos; las más de las veces, con detalles sórdidos, jocosos, impactantes o muy cómicos. Los más completos son un distractor que casi siempre deviene en una quemadura, o un líquido derramado (y en una sonrisa, a pesar del percance). Son muchos, pero efímeros, ¡fugaces!, como para tener una grabadora de pensamientos que capturara tantas historias, tantos cuentos no natos que no llegan a ser... Uno es el ocaso de otro, o su alborada, y viceversa. Y sonrío, egoísta, por el placer del refugio que me brindan; y triste, por lo fugaz de su pasajera compañía.
Y me pregunto ¿a dónde van a morir las historias que no contamos?
B. Osiris Bocaney
No hay comentarios:
Publicar un comentario