Hay días en los que la menor demostración de cariño te llena el alma y una sonrisa se posa con delicadeza en los labios.
Somos fáciles de complacer muy seguramente. Ahí es cuando uno entiende que el dinero no da la felicidad. Da tranquilidad y eso es casi igual de bueno.
Aquí me quedo pensando pensamientos pensantes. De esos que nos ponen a sonreír.
Yo
Patricia Lara Pachón
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