Las minúsculas cosas
Y entonces el día se va abriendo lentamente y los sonidos tenues se van haciendo grandes. Y la vida despierta cargada de infinidad de pequeñísima cosas. Tan pequeñas que casi no se notan. Y uno empieza como minúscula hormiga a ejecutarlas todas, en rápida o lenta sucesión, lo cual no importa. Ya que el día sigue en su lento transcurrir si prisa y sin pausa. Y la tarde llega y uno sigue o descansa mientras las cosas mínimas se hacen o esperan, entonces la noche se aproxima y quién sabe si lo lograste todo. A lo mejor, quizá. Ya al cerrar los ojos, la lista interminable a veces pasa rauda, y uno suspira y duerme. Hmmmm. ¡Ah infinidad de minúsculas cosas¡
Un día, a lo mejor un día.
Yo aquí... Viendo pasar la vida.
Patricia Lara Pachón
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