miércoles, 20 de julio de 2022

Capitán

 Capitán.


No sé si lo recuerdan.  Pero Capitán fue dejado con su plato de agua y comida debajo de mi naranjo. Un 20 de enero por dar más señas.  Ese mismo día intenté adoptarlo pero no sé dejó agarrar. Así que acudí a mis vecinos por ayuda. Les dije que si lo atrapaban yo estaba dispuesta a adoptarlo.  Dos días después él ya era miembro importante de mi familia.  
Al parecer algo de temor tenemos de que llegue algún miembro de su familia anterior a recuperarlo, ya que mi hija me dijo esta mañana que había soñado que habían venido a reclamarlo. Dijo que había llorado amargamente ese suceso.
Yo me quedé preguntándome qué pensaría Capitán llegado ese caso.  No será que en sus recuerdos tiene el momento en que lo atraparon y a la fuerza casi lo dejaron en mis brazos. Se que me ama. ¿Pero será que puede llegar a pensar que tiene el síndrome de Estocolmo?
Yo sé con seguridad absoluta que aún queriéndose él ir, yo no sé lo permitiría. Es que ya Capitán Arturo es el perrito que me ladra y al que yo jamás dejaría de extrañar.

Patricia Lara P

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