Después de haberse sentido tan maltratada y vilipendiada. Después de haber permitido tanta humillación.
Después de haber visto pasar el tiempo.
Recordó.
Como cuando uno recuerda. Los cuchillos aquellos que le habían regalado en la competencia de cocina en la que participó un día.
Fue al cuarto de San alejo, y empezó a buscarlos. Primero desesperadamente. Luego con una paciencia infinita. Una que ella desconocía.
Abrió una caja aquí y fue sacando uno a uno los objetos. Hizo un montón a su derecha con las cosas para conservar, y otro a la izquierda con más cosas para desechar.
Volvió a introducir en la caja lo útil, lo necesario y en una bolsa negra lo que consideró basura.
Tomó otra caja e hizo lo mismo. Fue acomodando las cajas buenas y fue sacando las bolsas malas.
Olvidó por completo lo que buscaba. Sé sintió muy orgullosa de sí misma pues en tantos años no había logrado separarse de ningún objeto que había llegado a sus manos. Sé sintió liberada y limpia y por fin recordó que los cuchillos del famoso concurso los había perdido el mismo día que los consiguió. Los dejó olvidados en el taxi en el cual regresó a su casa.
Patricia Lara P
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