Como la ola regresa a la playa que la vio nacer
para besarla, reclinarse en ella y hacer una pausa.
Como el ave vuelve al nido.
Como el sol al día naciente y al ocaso.
Como el viento al árbol con el cual se entrelaza y danza.
Como el suspiro al labio y luego al corazón que te extraña.
Vuelves, siempre... vuelves.
Patricia Lara P.
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