miércoles, 26 de febrero de 2014

Vino a verme





Bajo las escaleras, doblo un poco a la izquierda y por el rabillo del ojo la veo.  Parada afuera, pero frente a la puerta del patio, con ese vestido blanco flotante y sin que se noten sus pies sobre la tierra.  Me mira y sonríe con suavidad, me da la impresión que desea que la invite a pasar.
Ni miedo me da en realidad.  La miro y haciéndole un mohín le dijo: “Ni de fundas mijita"  y continuo: "Vaya a penar a otra parte".
¡Qué tal esta! Se aburre sola espantando en esa casa que aun cuando ella la habitaba estaba desolada;  y ahora quiere venir a mi casa a hacerme compañía. 
¡No señora!   ¡Eso sí que no!  Para fantasmas no estoy yo ahora.
Patricia Lara P.

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