Todo lo que podía ella; lo prometía y lo que no podía también.
Prometo que no lloverá hoy y llovía.
Prometo que hoy habrá un sol esplendoroso. Y el sol no salía.
Prometo que te amaré hoy más que ayer. Y olvidaba que hasta lo había
amado un día.
Cada promesa que hacía era el final
de lo que prometiera y era su forma de salir de cosas y hasta de líos.
Por eso era que ella sin amargura ni arrepentimientos iba por la vida prometiéndolo
todo.
Patricia Lara P.
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