sábado, 15 de febrero de 2014

El buñuelo -las cosas que me gustan-




Hay muchas cosas "extrañas" que me gustan.
Me gusta el arroz recalentado y si está un poco dorado o tostado mucho mejor.
Me gusta levantarme temprano y acostarme igual; temprano.
Me gusta observar a la cara a la gente, directico a los ojos.  Yo conozco mucho de las personas por la forma en que miran.
Me gusta abrazar apretado.
Me gusta la arepa con mantequilla, caliente y doradita.
Me gustan los frijoles con chicharrón y el sancocho que yo misma preparo.
Me gustan los buñuelos estallados; esos a los que se les sale por un lado un pedacito de masa y se dora y queda "deforme" pero rico.
A propósito de eso tengo una historia.
Hace años, estando en Damasco Antioquia, compré en la tienda de la plaza un hermoso buñuelo; de esos, de los deformes.  Me lo voy comiendo despacio, disfrutándolo y dejando para lo último el trocito salido desde adentro.   Voy caminando con el consorte, nos sentamos en el kiosco a tomar un refresco mientras sigo sin prisa ni pausa comiéndome el buñuelo -disfrutándolo-
De pronto se acerca "Canelo", uno de los tantos perros del pueblo.  Agita su cola y saluda.  El consorte con ganas de agasajarlo.  Arranca de mi buñuelo el trocito que he estado guardando para el final y sin dilación ni darme tiempo a decir nada se lo mete al perro en el hocico.
Lo quiero asesinar, abro los ojos desmesuradamente y le digo casi con llanto.  "Por qué hiciste eso"  Me responde, "Creí que no querías ese pedazo".  Pedazo vos pendejo. 
Aun hoy le recuerdo la historia y se la cuento a todo aquel que la quiera oír y a partir de hoy a todo aquel que la quiera leer.  Ayyyyy, ese hombre está vivo de milagro.
Creo que en otro momento seguiré contándoles lo que me gusta, pues tengo que ir a ver si consigo un buñuelo.
Patricia Lara P.

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