Mija, refeliz cumpleaños... No hay musa
pa' cuento pero, como un compromiso es un compromiso, acá le dejo esta fatídica
historia, con lo mejor de mi humor negro:
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Cacao sin chocolate (o no quería que
acabará así)
Érase una vez una ranita pizpireta que
se vino, muy coqueta a conocer la capital..
Vino en un saco de cacao, soñando con grandes planes y un futuro promisor de chocolate y dinero.
Vino en un saco de cacao, soñando con grandes planes y un futuro promisor de chocolate y dinero.
Más nada podré contarles, ni siquiera sé
su nombre, que no pude averiguar pues, para bien o para mal, le fue corta la
odisea: llegando a la terminal de camiones, un ¡chaclas! y un salpicón me
dejaron con la intriga... ¡la rana perdió la vida en las ruedas del camión!
La quiero un pisotón,
Señora-que-sabe-ser-hermana-en-la-distancia.
B. Osiris B.
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