El sol
no me acaricia como antes
hace un
tiempo besaba mi cuello
mis
brazos y mis hombros.
En su
caricia me dejaba
el tono
en la piel del trigo bueno
Dorado y
presto a la cosecha.
Hoy el
sol por más que intenta
no logra
encontrarme
le huyo
me
oculto entre las prendas
luzco
muy blanca.
No es
que me moleste
por
supuesto amo serlo
Solo que
extraño su tibieza
su calor
la forma
en que depositaba en mi sus besos
y como
mimosamente mi abrazaba.
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