Tercera edad
(última muerte)
Día a día muere la anciana
en el tedio de unas tardes solitarias,
con la compañía de sus tristezas.
Los ojos vacíos de tanto buscar en el horizonte
rastros de sus hijos,
que ya no vendrán.
Muere en cada mañana,
sin un abrazo,
sin una palabra cercana,
sin los muchos hijos que parió.
Hoy cayó del primer piso,
para completar su muerte de a poco.
Ya no es,
ya no está…
Y muere, en los brazos de un policía
que hoy la entrega
al hijo que nunca vino…
¿Acaso es vida ese destello en sus ojos?
No, es un atisbo de la muerte que,
satisfecha, se regodea en este pequeño último triunfo:
hacerle creer que hay salvación.
Pero muere."
B. Osiris B.
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