Para el niñito Alex el amigo
de H. A.
Me
comí mi corazón
con cebolleta y
chilitos
me lo
comí sazonado
y muy
bien aderezado
con
sangre, sudor y lágrimas.
Me
confeccioné yo entonces
uno
nuevo y resistente
uno
de madera fina
remachado
y bien cocido
uno
que no lo destruya
ni
una bomba, ni huracán
ni
inundación o ilusión
de
hermosa pero tramposa.
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