Despacio,
lentamente.
Me fui quitando todo:
La blusa, el pantalón,
los zapatos, las medias.
Y la ropa interior,
después más lentamente aún;
mi piel se deslizó
y el corazón desnudo
te enseñó...
Mi amor.
Veo esas paredes de bahareque, blancas. Puerta roja a juego con la única ventana. Veo a María la O con sus ojos brillantes, su sonrisa y s...
Hola!
ResponderEliminarNo he podido leer el poema sin decirte que me ha encantado.
Pasa lo que queda de día lo mejor posible.
Un saludo!
Andrea
Muy, muy erótico, como a su merced le gustan... y a nosotros también, jajajaja!! besos
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