jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Fue un sueño?

Sentí el peso de su mirada en mi cuello. No sabía si voltear a mirar o sencillamente hacer como que no pasaba nada, que no sentía nada.
Fue imposible. Volví la cara y ahí estaba Él, casi rozándome la espalda y con una sonrisa triunfal en el rostro. Luego se dio la vuelta y se alejo con ese caminar felino que lo caracterizaba.
Me volvía loca su mirada, donde quiera que iba la sentía; era como un imán que me atraía para luego sonriente retirarse.
Para él era como el juego del gato y el ratón, el lanzaba un zarpazo y me agarraba y luego me dejaba de lado y se iba feliz sintiéndose triunfante, ganador.
Cada día se fue haciendo mas intenso el juego de te busco, te encuentro y luego huyo. Cada vez aparecía en más lugares insospechados, insólitos y para mi era también cada vez más difícil dejar de verlo a los ojos y verlo de nuevo partir feliz, sonriente.
Jamás logré saber como era su voz, nunca lo oí hablar siquiera, menos saludarme, llamarme por mi nombre o decirme un hola. Sin embargo, si recuerdo su mirada y la sensación que dejaba en mi pecho de angustia y soledad cada que se alejaba.
Alguna vez al percibirlo tan cerca me decidí hablarle, preguntarle que era lo que de mí él quería y al tomar por fin, después de tanto tiempo esa decisión y al acercármele abrí los ojos y desperté del sueño.
Hasta hoy lo recuerdo, veo sus ojos y siento su sonrisa; pero ya no lo sueño. El día que tomé la decisión de hablarle el hechizo se rompió de pronto y desapareció de mi vida para siempre.
Me habría gustado hablarle, saber su nombre, conocer sus amigos, su familia y muy seguramente vivir en su sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...