Panchita
Pues sí, yo la
maté. ¿Pero qué querían que hiciera? Era su vida o la mía, defensa
propia creo yo.
No paraba de hacer ruidos que me impedían el descanso. No podía dormir tranquilo pues me daban horror sus apariciones momentáneas, sus ataques demenciales. Hasta la sonrisa perdí por su causa ya que si alguien venía a visitarme salía huyendo despavorido.
No paraba de hacer ruidos que me impedían el descanso. No podía dormir tranquilo pues me daban horror sus apariciones momentáneas, sus ataques demenciales. Hasta la sonrisa perdí por su causa ya que si alguien venía a visitarme salía huyendo despavorido.
Sí señor, yo la
maté pero fue en defensa propia. Era su vida o la mía y el instinto de
conservación actúa y tuve que hacerlo... Maldita cucaracha.
Patricia Lara P.
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