miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mirando

Ella tiene la mirada larga,
la mirada larga del que espera.
Del que espera y sabe que puede esperar más.
Mucho más y aún más.
Del que se sienta a orillas del mar,
y su mirada se confunde con él, en el horizonte,
allá lejos, bien lejos se abrazan y esperan.
Del que llega a la cima de la montaña,
y mira, y su mirada se mezcla en lontananza y espera.
Ella tiene la mirada larga, triste y larga.
La mirada del que sabe que espera
y esperará aún más.
De aquel que sabe que la vida es larga,
y que más larga puede ser la espera,
del que sabe que incluso la vida puede no alcazarle;
pero aún así, tiene fe y espera.
Y seguirá esperando por los siglos de los siglos,
con el convencimiento absoluto de que la espera;
algún día, en esta o en otra vida dará frutos
y por fin dejará de esperar lo esperado,
pues ese día al fin; lo habrá alcanzado.

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