martes, 1 de septiembre de 2009

Adiós, adiós.

Abrió los ojos y fué como si naciera al mundo ahí, en ese instante, en ese momento. Se estiró y ronroneó un poco como gatica casera, y un velo se deslizó de sus ojos. La vida no era eso... No eran leche tibia en las mañanas y caricias en las tardes, había allá afuera más. No necesariamente felicidad, pero si vida, piel, deseos, sueños, esperanzas.

Se vistió de caracolas voladoras, se calzó sus zapatillas de sueños y partió. Al ancho cielo, al infinito y más allá.

1 comentario:

  1. Como ya te dije antes, me gustó mucho, pero me encantó más el último párrafo... Miau! Digo, yujuuuu!!!!! yupiiii!!! O como sea...

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